Dado que las pruebas de lubricante son baratas de realizar, a veces son utilizadas para analizar aceites térmicos. El problema al utilizar este tipo de análisis, es que incluyen el desgaste y contaminación de metales – propiedad de medida que es importante para la lubricación pero no para la transmisión del calor.
Por ejemplo, bombas de aceite de transferencia térmica no operan a alta presión y por lo tanto no tienen las tolerancias mecánicas que pueden ser afectadas por la presencia de partículas, como en cojinetes de la máquina o bombas de aceite lubricante. Tampoco existe un desgaste del metal, que requiere un análisis de metales para evitar el tiempo de inactividad del equipo. Las partículas en el aceite térmico son más una molestia que una amenaza, en el peor de los casos, se asientan en el tanque de expansión.
Algunos resultados de las pruebas del aceite de lubricación, índice de acidez y viscosidad, pueden ser útiles para aceites térmicos. Sin embargo, uno de los problemas en confiar en la viscosidad sólo para determinar la condición del fluido es que mide sólo el promedio de todos los componentes y no detecta la presencia de contaminantes. Un intervalo de destilación debe ser incluido en el programa de pruebas para determinar claramente si se ha producido alguna contaminación.
Donde las pruebas de aceite de lubricación llegan a ser particularmente engañosas es cuando se comparan los resultados con los estándares de aceite de lubricación, que son muy diferentes de los de aceite térmico. Por ejemplo una viscosidad baja es deseable en un aceite térmico, ya que aumenta la tasa de transferencia de calor. En los aceites lubricantes indica que se ha producido contaminación, y por tanto la reducción de sus propiedades de lubricación. Tenga cuidado al aceptar recomendaciones basadas en un informe de prueba de aceites lubricantes. |